Con la llegada del calor, los armarios se llenan de tejidos ligeros, prendas claras y colores vibrantes. Pero el verano, además de ser sinónimo de vacaciones y días largos, también representa un auténtico reto para el cuidado de nuestra ropa. El sudor, el sol, el cloro o la arena pueden hacer que las prendas se desgasten mucho más rápido si no las tratamos con mimo.

Uno de los primeros consejos que recomiendan los expertos en lavandería es no acumular la ropa sucia durante varios días, especialmente si está sudada. Las altas temperaturas favorecen la proliferación de bacterias y malos olores, por lo que es importante lavar cuanto antes camisetas, tops y ropa deportiva tras su uso. Para mantener el frescor de las prendas, optar por programas de lavado cortos con agua fría suele ser más que suficiente, además de ser una opción más sostenible. Asimismo, el tipo de detergente también juega un papel clave. Durante el verano, es aconsejable elegir fórmulas suaves y específicas para ropa delicada. Los jabones agresivos, combinados con el sol intenso, pueden provocar que los tejidos pierdan color o se vuelvan ásperos al tacto. En este sentido, añadir un chorrito de vinagre blanco durante el aclarado puede ser un truco natural para suavizar las fibras y neutralizar olores sin dañar la prenda.

El verano suele estropear nuestras prendas. (iStock)

Las prendas de lino, algodón o seda —tan comunes en la temporada estival— requieren aún más cuidados. Lo ideal es darles la vuelta antes de meterlas a la lavadora, evitar la secadora y, siempre que sea posible, secarlas a la sombra. La exposición directa al sol puede desteñir los colores y hacer que la ropa se deteriore antes de tiempo. Además, para evitar deformaciones, es preferible colgar las prendas desde las costuras o extenderlas en plano. Otro hábito saludable para alargar la vida útil de nuestra ropa es no abusar del planchado. Muchas veces, el calor del verano ya ayuda a que las arrugas desaparezcan con el propio secado. Si se opta por planchar, lo mejor es hacerlo con la prenda ligeramente húmeda y a baja temperatura.

El verano es una época ideal para renovar energías, pero también para mimar nuestro armario. Siguiendo unas pautas sencillas, podemos conservar nuestras prendas favoritas frescas, limpias y listas para acompañarnos durante toda la temporada, sin que pierdan su esencia ni su color.

By Daniel Wege

Consultor HAZOP Especializado em IA | 20+ Anos Transformando Riscos em Resultados | Experiência Global: PETROBRAS, SAIPEM e WALMART

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